Hacía un año que no pisaba Cartagena y ya las calles de piedra de su ciudad vieja, las olas en las márgenes de la carretera, me reclamaban que volviera. Además, el Hay Festival estaba a la vuelta de la esquina. Aproveché para coordinar dos talleres iniciales de escritura y uno de creación de personajes con algunas de las conferencias del festival literario, ¡fue maravilloso! Pero déjenme les cuento un poco de los tres talleres que dicté: Creación de personajes y Escritura Creativa.
El lugar perfecto para un Taller de Escritura
Lo primero que tuve que hacer fue elegir un lugar perfecto para escribir, quería un sitio que tuviera lo que los escritores nos soñamos: buen café, buena música y libros. Entonces me encontré la Bottega de Fitz & Co, un café de dos pisos construidos en una de las casonas viejas de la ciudad amurallada. ¡Parecía sacado de un cuento!
Los tres talleres de escritura creativa en Cartagena
En la primera noche de mi viaje a Cartagena dicté el primer taller de escritura, allí conocí a este grupo escritores lambones, que se inventan el final de los libros, obsesionados con el chocolate, que planearon el primer beso como si fuera una vuelta de banco o se disfrazan de monjas descabezadas 😅 Escuché historias de padres, madres, hermanos, casas, amores, recetas… Y un gusto especial por los secretos ajenos. Entre libros, café y jazz, tuve el honor de escucharlos por primera vez.
Luego, la noche siguiente, llegó el grupo del Taller de Creación Personajes. Este grupo está hecho de casualidades, ya nos conocíamos de antes puesto que para hacer este taller hay que primero terminar el ciclo completo de escritura creativa. Lo curioso fue que nos encontramos en un pequeño café literario en las calles empedradas de Cartagena pero veníamos de todos lados, de Medellín, Bogotá, Barranquilla… Vuelvo a mirar la foto y sonrío, así tenía que ser. Estos escritores son tan empeliculados, tan creativos y tan moralmente cuestionables.
Y finalmente, la mañana del viernes fue el último taller de escritura creativa del viaje. La pregunta central de este grupo fue: ¿Qué es ser escritor? Concluímos, entre escrito y escrito, que es mirarse desde muy muy cerca, es tener trece años y notar cómo crece despacito el vello, es preguntarse por qué habrá que bajarse del palo de mangos para empezar a crecer, es descubrir un río de emociones que corre bajo el cuerpo.. Eso me dejó este grupo cartagenero, la idea de que llevamos desde siempre las letras bajo los dedos. Alexa, José, Gustavo, Julio, Judith, Moni, Over, Leidi, Nati y Viviana, gracias por cada una de sus historias.
